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El Cerro de la Esperanza:
Hacia la cumbre del ARA San Juan
Festejando el día del trabajador en la naturaleza
En la semana previa al día del trabajador, ya finalizando abril, fuimos organizando una salida con mis amigos, Sergio “Tano” Mingrino, Lilia Malashchuk, Lili Haro Diaz y Daniel Rodríguez.
Daniel propuso ir a la laguna Celeste el día jueves 1° de mayo, para festejar nuestro gran día y allá fuimos.
Mensajes inesperados
Cuando volvimos y luego de un merecido descanso, veo en el teléfono un mensaje de audio de mi compañero de trabajo, Martin Cuevas, quien proponía realizar otra nueva salida, el día sábado.
En el mensaje, decía que tenía muchas ganas de hacer alguna cumbre, que vaya pensando cual podríamos realizar. Así que le dije que me dé tiempo para pensar a donde podíamos ir.
Descansando para recobrar energías
Mientras aprovechaba el viernes, que era feriado puente, para que mis piernas descansen de la caminata del día anterior, salgo como casi todas las mañanas y en especial este fin de semana largo, en busca de captar imágenes del amanecer.
Para mi gran sorpresa, el día se presentó con bastante niebla baja, que cubría toda la ciudad, aunque ese no sería el único y extraordinario acontecimiento.
No todo lo que reluce es oro, ni toda calma permanece para siempre
Luego de la sesión de fotos, alrededor de las 10 de la mañana, mientras manejaba por la avenida, me detengo en el semáforo, cuando de repente mi auto sufrió un gran sacudón, los cables de la calle pendulaban de un lado a otro.
Fue un día absolutamente sin nada de viento, ni siquiera una suave brisa. Todo el exterior estaba en calma, hasta que sucedió lo imprevisto.
Una ciudad en shock
Después de corroborar que no había viento me doy cuenta que ese movimiento del auto y los cables fue producto de un gran sismo que sacudió a gran parte de la ciudad.
Según las noticias, el epicentro sucedió en el Pasaje de Drake, con una magnitud de 7.4° y luego, con el pasar de las horas, sobrevinieron varias replicas mas, aunque de menor intensidad.
Mientras la sociedad se encontraba un poco alborotada por este gran evento, todos estuvimos atentos y expectantes a las noticias de los canales de televisión y las distintas emisoras de radio, la espesa niebla continuaba paseándose muy lentamente por las calles, obstaculizando la visión.
De nuevo a la presunta normalidad
Con el pasar de las horas y luego de vivir esos momentos de incertidumbre por el sismo, volvió un poco la calma, la nubosidad persistía en la ciudad sin intención de abandonarnos.
Al atardecer, alrededor de las 16:30 hs, con intención de captar imágenes de esa gran nubosidad sobre los techos de la ciudad, me dirijo al monte Susana, donde sospechaba, tendría una inmejorable vista.
Y así fue, allí pude grabar un avión aterrizando en el único hueco que existía por la espesa niebla, que dejaba entrever la pista iluminada.
Luego de esta nueva sesión de fotos y videos, vuelvo a mi hogar para revisar las imágenes captadas.
Definiendo un nuevo destino para conocer y disfrutar
En ese momento, viendo la aplicación Google Earth, me puse a definir el lugar donde podríamos ir a caminar con Martin y demás compañeros el día sábado.
Entre tantas opciones, creía conveniente hacer cumbre en una de las montañas pendientes en mi haber.
Quería ir a un lugar donde tuviéramos vistas a diversas maravillas de la naturaleza.
Fue así que decidí que vayamos al cerro Submarino, donde previamente, en el sendero, pasaríamos por las dos imponentes cascadas, para llegar posteriormente a la hermosa laguna y de ahí encarar a la cumbre.
Preparando las rutas posibles
Convencido de este gran desafío, me puse a armar la ruta en el mapa para calcular aproximadamente la distancia y el tiempo que nos demandaría.
Una vez compartido dicho mapa en el grupo de whatsapp con mis compañeros de trabajo, considerando que estaban aptos para lograr este desafiante objetivo y que posteriormente aceptaron la propuesta, nos pusimos a delinear algunos detalles para emprender esta salida.
Luego de confirmar la hora y el lugar de partida nos pusimos en marcha.
Dando inicio a un nuevo desafío: cumbre al cerro Submarino ARA San Juan
Llegado el día sábado 3 de mayo de 2025, nos reunimos a las 7:30 am, en la casa de Martin, junto a Jaime y Norma, para dirigirnos camino al punto de partida de nuestra caminata.
Fuimos por la ruta 3 hasta Tierra mayor, donde a mano derecha se encuentra la senda que nos lleva a nuestro primer objetivo, la cascada Submarino.
Calentando motores. Caminando bajo la lluvia
Alrededor de las 8:30 am, comenzamos nuestro recorrido, hacia el rio Lasifashaj. El día se presento con cielos cubiertos, una débil llovizna y una temperatura de aproximadamente unos 5°, agradable para este largo viaje.
A medida que nos internábamos en el bosque húmedo, en penumbras, la gran cantidad de barro presente en el sendero, hizo que en algunos tramos nos desviáramos del mismo.
A paso firme, con determinación, fuimos progresando por el camino, pisando sobre las hojas de lengas que ayudaban a transitar con algo más de firmeza sobre el terreno mojado.
Observando desde el pie al gigante dormido
Luego de atravesar por la orilla de varias castoreras, llegamos a un claro en el bosque, donde pudimos observar la imponente montaña hacia nos dirigíamos.
Asombrados por su altura y viendo que la cumbre estaba cubierta con bastantes nubes, seguimos nuestro camino, para acercarnos a la primera cascada.
Arribando a nuestra primera parada
Alrededor de las 10:40 logramos llegar a este primer objetivo, donde nos detuvimos a sacar algunas fotos, para después de unos 15 minutos aproximadamente, llegar al segundo gran salto, donde también nos paramos unos instantes para retratar ese maravilloso espectáculo.
A medida que avanzamos, el cielo se fue despejando paulatinamente, hasta la salida del sol.
Después de sortear un arroyo que descendía de la laguna Submarino, nos dirigimos por la izquierda con dirección al pie de la montaña para encarar la subida.
Próxima parada, antes del ascenso
Previo al inicio del ascenso, cerca de las 12:40 hicimos una nueva parada en una gran piedra, a orillas de una hermosa lagunita, que parecía un espejo, por sus aguas tan calmas y en la cual se reflejaban las montañas, impactándonos con su desbordante belleza.
Allí desayunamos algo caliente, recargamos un poco de energías y nos fuimos preparando mentalmente para encarar el último gran reto.
Buscando la vía mas rápida y segura
Al aproximarnos al pie de la montaña, observamos detenidamente la mejor opción de ascenso. Sabíamos que la ruta normal era por la derecha, teníamos que descender unos metros por el valle, para luego subir por un gran acarreo, de tierra y piedras sueltas hasta llegar al filo y de ahí seguir ascendiendo por las rocas congeladas.
Una fina capa de nieve presente en la zona, hizo que todo se dificultara un poco más para nuestras pisadas.
Siendo las 13 hs, estudiando más detalladamente el lugar, antes de encarar por la vía normal, vi que por la izquierda, con vista a la cascada superior, teníamos una primera corta pendiente, algo pronunciada para ascender, pero que después de llegar a un pequeño balcón, el recorrido se hacía todo un poco mas transitable por grandes y firmes rocas.
Esta decisión hizo ahorrarnos bastante tiempo y metros para subir. La nieve, un poco blanda sobre el terreno nos favoreció para pisar más seguros.
Incrustados en la montaña, sorteando obstáculos decididamente
Entre picos sobresalientes, con los chicos nos fuimos metiendo literalmente, dentro de la montaña, sorteando las dificultades del ascenso, acercándonos cada vez a lo más alto.
Con emoción y valentía seguimos subiendo
Tanto Norma como Martin y Jaime, seguían impávidos, admirados y sobresaltados por lo que estaban logrando, ascender tan alto, donde sobrevolaban por arriba de nuestras cabezas, dos hermosos cóndores.
Con una altura por encima de los 1000 metros, la vista se hacía cada vez más sorprendente e impactante.
A medida que subíamos veíamos la gran laguna Submarino, más brillante, verdosa, maravillosamente asombrosa.
Las montañas circundantes, blanquecinas por una fina capa de nieve daba un aspecto invernal al lugar.
A pocos metros de coronar la cima
Seguimos en ascenso por el escarpado terreno, hasta que logramos llegar a una pequeña planicie, estábamos en la ante cumbre, donde descansamos unos instantes, mientras el cielo seguía despejándose cada vez mas y el sol lograba calentarnos mínimamente.
Completando nuestro ascenso, admirando nuestro esfuerzo
Después del muy corto descanso, seguimos avanzando y alrededor de las 14:30 hs., logramos llegar a la cumbre, donde la felicidad fue absoluta.
Fue tanta la alegría y emoción de conseguir ese objetivo, que nos fusionamos en un solo abrazo y gritamos a los cuatro vientos: ¡ Cumbreeee !
Era la primera vez en llegar arriba de los mil metros para Norma, Jaime y Martin y la primera vez que los cuatro logramos coronar este cerro, que quedamos conmocionados por cumplir este gran objetivo.
Habíamos conquistado la cima del imponente cerro Submarino ARA San Juan de 1102 msnm.
La naturaleza nos bendijo, nos permitió disfrutar de ese memorable lugar y pudimos capturar imágenes de todos sus alrededores.
Desde ese punto logramos visualizar el Canal Beagle, el cerro Alvear, el Glaciar Ojo del Albino, el cerro Serrucho, la laguna Esmeralda, la encantadora laguna Submarino, etc.
Rindiendo honores a nuestros héroes
Mientras registramos todo ese gran acontecimiento, entre las gélidas rocas, localizamos el cofre-homenaje a nuestros queridos 44 tripulantes, Héroes del Submarino ARA San Juan, eternos custodios de nuestro mar argentino, desaparecido el 15 de noviembre de 2017.
Luego de unos instantes, siendo alrededor de las 15 hs, considerando que por donde ascendimos iba a ser muy complejo y difícil descender, comenzamos a buscar otra zona segura para bajar.
Descendiendo desde lo más alto
Así fue que mientras procedíamos a descender, fuimos viendo la ruta normal por donde se asciende a esta colosal montaña.
Observamos que por allí era mucho más accesible, sin tanto terreno escarpado, comparado con lo que habíamos realizado unos minutos antes.
De esta forma, logramos avanzar más confiados, seguros hasta que llegamos a una planicie. De ahí nos esperaba un acarreo muy fácil para seguir descendiendo, hasta llegar a una zona de grandes formaciones rocosas.
Un descanso merecido se merecía un almuerzo apetecible
Superado esta zona, aproximadamente a las 16:30, nos detuvimos para descansar, calentar y preparar unas deliciosas y apetitosas hamburguesas con jamón, lechuga y tomate, acompañadas de unos calentitos mates que nos cebo Norma.
Con el tiempo corriendo apresuradamente, cuando el sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas, las nubes comenzaban a teñirse de colores rosas, naranjas y amarillos, en ese instante levantamos campamento, comenzamos el retorno, empalmando nuevamente por el camino de ida, hacia la laguna.
Retornando por la ruta normal
Mientras regresamos, increíblemente no podíamos dejar de observar la montaña que habíamos escalado horas atrás. Seguíamos muy emocionados y complacidos.
Era como que, mientras caminábamos, dándole la espalda, ella nos saludaba y nos agradecía por nuestra visita.
Una oscura noche nos acechaba paulatinamente
La tarde se iba apagando lentamente para dar paso a la oscuridad.
Volvimos a pasar nuevamente por las dos cascadas, que con toda el agua cayendo con fuerzas, nos hacía sentir su presencia y fervor.
Mientras fuimos sorteando otra vez todos los charcos y lodo en nuestro regreso, se hizo presente una gran compañera nocturna.
Una cómplice de secretos nocturnos
Una media luna gigante, resplandeciente, apareció por sobre las montañas, que mágicamente posaba sobre el cerro Krund y nos acompaño en todo el sombrío sendero.
Durante nuestro regreso, hicimos una breve parada y apagamos las luces de nuestras linternas, para contemplar la Vía Láctea, ver el cielo súper estrellado, donde circulaban de un lado a otro, algún que otro satélite.
Cuando logramos llegar otra vez al rio donde se encuentran unos caños enormes de hierro, que hacen de puente, sabíamos que ya nos quedaba muy poco para culminar nuestro desafío.
La última subida
Solo nos quedaba una pequeña pendiente por el gasoducto para emprender la recta final al auto.
Con charlas de por medio, ese tramo final se hizo más ameno. Logramos finalizar nuestro recorrido a las 20 hs aproximadamente.
Fascinados y complacidos por la conquista de lo inimaginable
Súper satisfechos, emocionados, alegres, conmovidos por todo lo vivido y compartido en esas 11 horas y media.
Predispuestos a continuar conociendo otras cumbres en un futuro cercano, volvimos a la ciudad para un merecido descanso.
Enseñanzas que nos marcan
Cada salida en equipo, nos deja siempre un aprendizaje, en esta oportunidad, puedo decir que aunque tenga muchas cumbres conquistadas, muchos kilómetros recorridos, cientos de horas caminadas por la naturaleza, nunca dejo de sorprenderme y admirarme por el gran esfuerzo que realizan quienes me acompañan en cada desafío.
Consideraciones y agradecimientos especiales
Más allá de la complejidad de cada reto, se valora enormemente la voluntad y el coraje de ir mas allá de nuestras capacidades y limites.
Agradezco infinitamente a este maravilloso equipo por confiar en mí y aceptar ciertamente que esto era posible.
El coraje y la determinación de Norma por superarse en cada salida se manifestó abiertamente.
En este gran desafío, nuevamente Jaime jugo sus mejores cartas para que todo se pudiera dar de la mejor manera.
Martin, con paciencia y excelente compañerismo, brindo sostén y seguridad a la única mujer de nuestra cordada y eso tiene un gigantesco valor, mas en los momentos de mayor exposición al riesgo de las alturas.
Agradecido por demás, a todos y a cada uno por darlo todo, por no abandonar la lucha y superar sus límites.
Vamos por más montañas, todavía queda mucho por conocer !!