
Primer encuentro provincial de Montañistas de Tierra del Fuego
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CURSOS Y CAPACITACIONES
10/03/2024
Cumbre y acampe en el cerro Alvear
Fernando y Brenda. Ascendiendo a la cumbre del cerro Alvear
Por: Raul Torres
En mi tercera visita a este cerro en el año 2021, después de haberlo realizado primeramente solo, luego con mi hijo Agustin y mi amiga Veronica, quiero agradecer infinitamente a las hermosas personas que me han acompañado en esta tercera oportunidad para cumplir mi sueño,
Fernando y Brenda, dos titanes, amantes y apasionados por las montañas, que sin titubeos y sin vacilaciones dijeron presente en este gran Desafío.
Pasar la noche a mas de 1200 mts de altura, plantar la carpa sobre la nieve, rodeados de piedras, dormir solo 2 horitas, para disfrutar de una cumbre maravillosa no tiene precio.
Esta gran aventura arranco a las 18:45, en donde pudimos observar grandes acontecimientos increíbles, desde un hermoso atardecer, con sus increíbles colores, que adornaban las montañas de distintos tonos, deleitarnos con una riquísima picada y unos sabrosos vinos, previo a encarar la ultima parte hacia la cumbre, caminando un poco de noche, entre las piedras y la nieve, hasta que llegasen los primeros colores del amanecer, atravesar literalmente las nubes, que iban cambiando de formas y colores, ver a lo lejos como se iba ocultando la luna con un color naranja fuerte que parecía la erupción de un volcán.
El colchón de nubes cubría todo a nuestro alrededor, arriba, abajo, a los costados, etc.
Pudimos ver como los colores del amanecer teñían todo a su paso.
Una vez que pudimos atravesar las nubes, y llegados al filo de la montaña, ya muy cerca de la cumbre, el cielo comenzó a abrirse y todo el cielo fue de un azul profundo, aclarándose a medida que el sol se iba elevando.
Llegados a la cumbre a las 5 am. fue maravilloso contemplar tanta belleza, vistas en 360 grados con una magnificencia que te deja sin palabras, en donde pudimos armar la carpa para protegernos del poco viento de las primeras horas del dia.
Con muy poco viento, una temperatura agradable, que iba subiendo a medida que el sol se elevaba.
A nuestro alrededor pudimos contemplar imágenes impactantes, como ser: el cerro Domo Blanco y más abajo el glaciar Ojo del Albino con su hermosa laguna.
También pudimos ver el cerro Bonete, donde desde su cumbre, tiene una de las mas lindas vista hacia la laguna Esmeralda, siguiendo la mirada hacia el sur se puede apreciar el Monte Olivia, tan bello y esbelto como pocos.
A su vez y girando un poco nuestras cabezas y miradas pudimos ver el cerro 5 Hermanos, el Carbajal, Submarino, etc.
Con nuestra mirada hacia la ruta 3, pudimos observar como en el sendero que va hacia la laguna Esmeralda, avanzaba la obra de las nuevas pasarelas y girando un poco la vista hacia la izquierda, se pudo apreciar maravillosamente, la laguna que esta al pie del cerro Alvear, la laguna Celeste, como también el grandioso Glaciar que desciende desde la cumbre hasta las aguas heladas de la laguna.
Detrás del cerro Alvear y debajo de un colchón de nubes se podía observar como las aguas del lago Fagnano se mostraban entre las nubes que posaban sobre él.
De a ratos las nubes y el viento subían hasta donde estábamos y nos tapaban toda la hermosa vista.
Con un sol radiante que desprendía sus rayos hasta chocar con las nubes, nos regalo una de las imágenes más impactantes en ese momento. El cual nos dejo un poco anonadados y desconcertados. Pero a su vez maravillados y encantados. Apareció algo magnifico y extraño para nuestros ojos y mentes. Un arcoíris circular sobre las nubes que posaban arriba del cerro Domo Blanco, donde también nos sorprendió como podíamos ver en el centro de ese arcoíris se proyectaban nuestras sombras. Fue algo muy loco, poco común y hermoso de apreciar.
A medida que transcurrían las horas, casi todas las nubes que nos rodeaban iban desapareciendo, dejándonos a nosotros solos entre el cielo azul y la blanca nieve de las montañas y la cumbre del cerro donde estábamos parados.
Tuvimos muchos sentimientos hermosos y no daban ganas de descender de esa cumbre. Pero como teníamos otros planes para aguantar los 21º de calor previstos para ese día, comenzamos nuestra bajada hasta nuestro segundo campamento.
El descenso fue rápido y muy divertido, en primer lugar tuvimos que caminar primero por un poco de nieve, luego, por un acarreo de piedras y tierra suelta, que nos animaba a bajar más acelerados. Luego de llegar hasta una pequeña cascada y recargar nuestros envases con agua, toco el turno de bajar por la nieve nuevamente. Pero esta vez por una pendiente más abrupta. Fer y Bren, preparados con sus piquetas se lanzaron tirados en la nieve, deslizándose a velocidades cada vez más altas, pero listos a frenar con sus piolets cuando fuera necesario y así fue. Mientras tanto yo descendía tranquilo, por las huellas que habíamos dejado en la subida.
El primer descenso, por ese primer tramo del gran tobogán fue casi perfecto, salvo por un pequeño resbalón que sufrí por bajar sin crampones, en donde Brenda se tiro detrás mío para tratar de frenarme, pero con tanta suerte que en un momento y sin querer, me empujo un poco más en mi descenso, hasta que logro alcanzarme nuevamente y clavando la piqueta y yo agarrado a ella logramos frenar.
Luego llego el turno de otra parte más empinada y con una nieve un poquito más dura, en donde las velocidades aumentaron considerablemente.
Esta vez la primera en bajar fue Bren, con la intención de grabar el deslizamiento de Fer, sin saber lo que se venía.
Desde arriba observe como Fer, para probar lo aprendido en el curso de escalada en hielo y auto detención en nieve, se tiro de cabeza hacia abajo, tomando una velocidad increíble y sorprendente.
Cuando Fer, llegando casi hasta donde estaba Bren freno, nos llevamos una desagradable y accidentada sorpresa. Fernando se había quemado su brazo izquierdo y sus puños con el roce en la nieve, hasta quedar en carne viva sus heridas.
Con mucho ardor y dolor y secándose las heridas, Fer, Bren y yo nos dispusimos a desarmar la carpa y guardar las cosas en las mochilas, para continuar el descenso de la montaña, hasta la zona de arboles y donde había mas sol y calor. No sin antes contemplar como las nubes sobrevolaban a gran velocidad por encima de la cumbre, y con el sol por detrás vimos como se generaban sombras de los picos de la montaña sobre las nubes, algo que también nos sorprendió mucho.
Luego de 3 horas de descenso, desde que arrancamos en la cumbre, hicimos un alto alrededor de las 10 am, para descansar, hidratarnos un poco con un sabroso vino blanco dulce y comer una rica picada, antes de continuar nuestra vuelta hasta el auto. Mientras tanto disfrutamos mucho el sobrevuelo que realizaban algunos cóndores sobre las montañas.
Aun nos quedaba como una hora y media más, para terminar esta aventura. Un poco mas descansados, comenzamos a movernos, cargamos nuestras pesadas mochilas y emprendimos la vuelta con un sol a pleno y una temperatura cerca de los 20º hasta que llegamos a los autos alrededor de las 13 hs.
Pero como aun restaba mucho para finalizar el día, con un clima ideal para seguir disfrutándolo al máximo, continuamos con nuestro segundo plan, que era nada más y nada menos que ir a navegar en kayak.
Fue así que partimos hacia la ciudad de Tolhuin como primera medida, así Fer se podía realizar las curaciones de su brazo quemado en el centro asistencial. Luego compraríamos alimentos en el súper, para partir hacia nuestro próximo destino, la laguna del Indio. Donde nos esperaban los kayak, mientras Fer cocinaba un rico asado a orillas de la laguna.
Para ser mi primer experiencia en kayak nos toco un día perfecto. Fue increíble esa experiencia. Muy divertida y placentera donde le agarre la mano de entrada a los remos.
Más tarde, después de haber disfrutado la navegación, pudimos saborear un delicioso asado para finalizar y festejar nuestro gran día de este grandioso desafío, pernoctar en el cerro Alvear y armar carpa en su cumbre.
Luego desde la laguna del Indio me toco el turno de volver hacia Ushuaia, pasando a buscar primeramente a mi hijo Agus y su novia Caro por la laguna Victoria, en la ruta J. Y desde allí dar una vuelta por Puerto Almanza, donde compramos agua fría y caliente para tomar unos ricos mates.
Desde Almanza hasta nuestro destino final, Ushuaia, el viaje fue tranquilo y ameno. Sabiendo que nos esperaba una buena ducha caliente para sacarnos todo el sudor y olor a humo de un día fantástico y poder descansar cómodos en nuestro hogar.
Bien al sur de la Argentina, en la Tierra del Fuego, son pocas las veces que se presentan temperaturas superiores a los 20º, sin vientos y un cielo totalmente despejado. Realmente hemos sabido aprovechar cada hora, cada minuto y segundo de un gran día.
Por mi parte estoy súper agradecido a Dios por permitirnos vivir grandes experiencias, con gente muy copada, divertida y responsable.
Gracias por disfrutar de tantos paraísos que tenemos en esta hermosa isla. Gracias por tener salud para poder realizar todos estos proyectos.
Gracias por el buen clima de la naturaleza y humana para compartir momentos inolvidables.
Ojala se repitan estos instantes que nos ayudan a tener una vida más feliz.