
Convenio Municipalidad Ushuaia y Alarken S.A.
04/09/2024
Ascenso invernal al Cuerno Carbajal
16/09/2024
Dos montañas en un día, dos perspectivas de una ciudad dormida y
un mismo sentimiento
Cerro Bridges y Cerro Cortez
Texto e imágenes: Raúl Torres
Diseñando, programando, soñando una nueva aventura
El viernes 6 de septiembre de 2024, me propuse la idea de ver el amanecer del día siguiente, pero de otra perspectiva, desde lo alto de las montañas, mis ansias por disfrutar de una vista privilegiada era tangible. El pronóstico del clima auguraba una fabulosa jornada soleada.
Cuando aun no tenia definido el rumbo elegido, conociendo de ante mano las posibilidades existentes para obtener una mejor vista panorámica de la ciudad y sus alrededores, luego de pensar y analizar en los mapas, tome la decisión de ir al cerro Bridges, un lugar que hace tiempo no visitaba.
Ascenso al cerro Bridges
Fue así que, calculando aproximadamente el tiempo que me demandaría atravesar el bosque en la oscuridad, por un sendero, que al principio mostraba huellas de un invierno que ya se va acabando, arranque mi ascenso a las 5:25 de la madrugada, en un silencio total, con una oscuridad profunda, mirando al cielo pude observar un sinfín de estrellas y satélites dando vueltas por el espacio infinito. Mi cabeza estaba tranquila, sabiendo lo que iba a buscar, sin preocupaciones, sin miedo a la noche, mirando bien por donde pisar.
Mi objetivo estaba marcado, sin saber a ciencia cierta lo que me demandaría el camino. Arranque desde el Barrio General San Martin, pasando el kartodromo municipal.
En los primeros 15 minutos, me encontré con mucho barro, producto del deshielo por las temperaturas en ascenso. Luego de pasar por el costado de la cascada Naiara y cruzar el rio, me tope con el único obstáculo en mi camino, una tranquera para frenar un poco el tránsito de una tropilla de caballos.
La temperatura no era excesivamente baja, como tampoco estaba templado, diría que estaba bien para un ascenso tranquilo en la negra noche, aproximadamente unos 4 o 5 grados para la madrugada.
El camino siguió en subida, con un terreno bastante seco, donde a lo lejos, muy lejos, se oían algunos perros ladrando, pero nada de qué preocuparme.
A medida que iba subiendo por el sendero, donde solo se oía el latido de mi corazón, mi respiración y mis pisadas, de a poco fueron apareciendo algunos manchones de nieve y hielo, aunque no hubo necesidad de calzarme los crampones, ya que pude esquivar por el costado, donde el terreno era más accesible.
Luego, llego un punto donde ya no había mas manchones de nieve, era todo nieve y hielo. Siguiendo algunas pisadas y señalizaciones en los arboles, continúe mi camino. De a poco veía como los arboles se hacían más pequeños, signo de que estaba cada vez mas alto, arriba de los 600 mts., a punto de culminar mi transito por el bosque, para salir a la roca y observar la ciudad dormida, iluminada por las luces de las calles.
Saliendo del bosque para dar comienzo a la magia
Una vez salido de bosque, llego el momento de buscar un lugar seguro, cómodo, que estuviera protegido del viento reinante, que si bien, no era constante, las ráfagas impedían mi caminar seguro en la nieve.
Alrededor de las 7 a.m., luego de caminar por entre los arbustos y la nieve un poco dura, logre acomodarme, abrigarme con lo que tenia y esperar que la luz del amanecer me sorprenda gratamente. Mientras oía los primeros cantos de las aves, que se silenciaban con cada ráfaga, cuando mis manos se entumecían por el frio y escuchaba el crujir del hielo bajo mis suelas, pasó el tiempo, aproximadamente una media hora, cuando el cielo comenzó a pintarse de colores rosas, naranjas, amarillos y rojos, con todos sus variantes de tonos. La escena era simplemente mágica.
La entrada del Canal Beagle, literalmente fue la puerta donde daría comienzo esta magia. Ver esos colores en el cielo, reflejados en la bahía de Ushuaia, una vez más, me dejo una sensación de éxtasis, difícil de explicar con palabras. Un gran suspiro salió de mi ser, por ver semejante acontecimiento. Un profundo sentimiento de gratitud inundó mi ser al contemplar semejante espectáculo. Era como si todo el mundo despertara a mi lado.
Agradecimientos
Realmente soy un agradecido de la vida,
Por poder observar este espectáculo maravilloso,
Por poder llegar a donde me propongo día a día,
Por tener salud y vivir plenamente de acuerdo a mis aptitudes.
Por poder contar con imágenes y con palabras cada aventura y desafío propuesto.
Decisiones que cambian el rumbo
Sabiendo que el día se presentaría soleado, un poco ventoso, pero con grandes posibilidades de seguir ascendiendo esta montaña, tome la decisión de bajar, ya que mi propósito estaba cumplido.
No es la primera vez que subo a este esbelto rocoso, lo he realizado en varias épocas del año, con y sin nieve. Mi idea siempre fue disfrutar los colores del amanecer y ese objetivo fue alcanzado. No me arrepiento de no llegar a la cumbre, porque no estaba en mis planes.
En el descenso, siendo las 9 a.m. aproximadamente, fui viendo con más claridad el sendero, hasta llegar al punto de partida.
Así como estaba, todo transpirado, con olor a sudor y con energías para proseguir mi día, me dirigí al súper a comprar algo para desayunar y almorzar. Después, cuando llegue a mi depto., me relaje en la ducha y tome unos mates, antes de descansar un rato mas.
Ascenso al cerro Cortez
Estando solo en mi hogar, luego de recargar energías, viendo que el día seguía con un sol radiante, pensaba que esto no podía terminar acá. No quería quedarme encerrado y desperdiciar un hermoso día de pre primavera. Así que entre tantas decisiones que pensé, fui por aquella que me parecía factible de realizar, volver a elevarme por arriba de la ciudad; dado que el sol se oculta por el oeste, decidí ir en la dirección contraria para captar una buena puesta del sol.
Posteriormente, a las 15 me prepare otra vez con mi mochila y salí hacia el cerro Cortez, montaña que se encuentra detrás del hotel Arakur. Siendo alrededor de las 4 de la tarde, comencé otra vez a ascender por el bosque, mi energías, luego del descanso, estaban renovadas, la temperatura ambiente estaba un poco más elevada, así que tuve que subir en remera, con toalla en mano para ir secándome el sudor que caía de mi frente.
Superando mis limitaciones
Esta montaña tiene una dificultad moderada, para cuando es la primera vez que uno la sube en el día. Mis piernas aun tenían el registro de exigencia de un ascenso de unas horas atrás en el cerro Bridges. De igual manera emprendí mi camino, comencé bien, con calor, pero a paso firme, sobreponiéndome a la exigencia del terreno.
Casi en la última pendiente pronunciada comenzó a cambiar el terreno, se volvió más complicado debido a la presencia de manchones de hielo y nieve. Así fue que pare un momento para ponerme los crampones y esa decisión me sirvió para ascender más seguro y mas rápido.
Objetivo alcanzado
Cuando salí del bosque, con un cielo aun despejado, me esperaba una buena cantidad de nieve dura por transitar y alcanzar la cima de esta montaña. Con viento en contra, empujándome, haciendo más complejo mi ascenso y el frio queriendo apoderarse de mi ser, seguir pateando cuesta arriba era mi única opción, siendo las 17:30 logre mi segundo objetivo del día.
Cambio providencial de actitud
Debido a las fuertes ráfagas de viento y que el cielo comenzó a nublarse, no tuve otra elección que comenzar a bajar, mientras en el cielo veía nubes lenticulares que dibujaban el vasto firmamento. Lamentablemente mi predicción de un bello atardecer se vio opacado por la nubes grises y ráfagas intensas de viento.
Cuando logre ingresar al bosque nuevamente, con suma precaución, viendo bien por donde pisar, baje con seguridad, por el hielo, en un terreno bastante vertical, asegurando mis pisadas gracias a los crampones.
Segui el descenso hasta llegar nuevamente al terreno firme, donde pude quitarme los crampones para caminar mas cómodo. A medida que avanzaba, la claridad del día se iba apagando. El cielo gris y ventoso, prometía un temporal con lluvia, alrededor de las 19 logre llegar al punto de partida donde me esperaba mi auto para regresar a mi hogar.
Recta final
Mientras regresaba, el viento y la lluvia humedecieron toda la ciudad, el temporal se hizo presente durante toda la noche.
Y así fue que culmine otro día mas en la hermosa naturaleza de nuestra amada isla, con todo el cansancio encima, donde el físico necesita un buen descanso y la mente una buena recarga de energías para ir programando otra aventura mas en un futuro muy cercano.
Después de todo, siento que mi corazón se vuelve cada vez más exigente. Mi estado físico hoy me permite disfrutar al máximo cada desafío, sabiendo que de igual manera tengo que cuidarme ante cualquier eventualidad. Sinceramente pienso que el tiempo invertido en esta actividad, mi cuerpo, mi mente, mis relaciones con los demás, se verán agradecidos porque vivo, disfruto y comparto lo que más amo.
Nos vemos en una próxima aventura, donde mis botas me quieran llevar….